martes, 2 de mayo de 2017

Aborto y sus causas



Frecuentemente los debates sobre este tipo de asuntos se plantean de dos formas reducidas. Por un lado el punto de vista moralista, que no moral, ajeno a las circunstancias e intenciones de las personas, y  por otro lado está el punto de vista exclusivamente emocional, afectivo o subjetivo prescindiendo de la razón  y desechando todos los aspectos que nos ayudarían a objetivar. Por tanto es necesaria la objetivación -el relativismo es un cáncer- pero desde una perspectiva que permita entender las circunstancias sociales y las intenciones de las personas.
Las condiciones socioeconómicas y laborales difíciles e injustas como las actuales son obstáculos objetivos a la maternidad/paternidad. Pero también es cierto que en países noreuropeos con condiciones sociales mucho mejores que España el número de abortos es alto y las tasas de fecundidad bajas. ¿Por qué?
Una cultura materialista, individualista y hedonista como la cultura hegemónica actual no es una cultura favorable a la vida y a la solidaridad inter e intra-generacional sino todo lo contrario.. Predomina la cultura neocapitalista del “sálvese el que pueda”. Así es muy difícil acoger la vida; vida que exige ser cuidada y educada con dedicación..Y cuando decimos acogida de la vida no solo es la acogida del no nacido. Es la vida también de los parias, de los descartados, de los empobrecidos, es decir, de las víctimas -ya nacidas- de un sistema político-económico salvaje. No se puede estar contra una ley abortista y al mismo tiempo condenar a los inmigrantes empobrecidos.
El nudo gordiano de ambas posturas contra la vida, esta en el tema de la DIGNIDAD. ¿Todos los seres humanos tienen la misma dignidad independientemente de las circunstancias o no? ¿Qué dignidad ontológica tiene el embrión y el feto humano?
Básicamente podemos sintetizar las posturas en dos. Una es que todo ser humano tiene una dignidad personal (es persona) absoluta, intrínseca inalienable que la hace única, singular. Y otra es que la dignidad de un ser humano dependa de su funcionalidad, es decir, de cómo estén de operativas sus funciones vitales, sean físicas, cognitivas o morales, y que le permitan producir y consumir, engrasando el sistema económico. En este caso no es una dignidad intrínseca sino que es relativa y extrínseca.
En el primer caso la vida y dignidad del ser humano exige ser respetada siempre, sin excepción en el segundo caso la dignidad al embrión es otorgada desde fuera por quien tenga poder sobre ese ser humano, es decir la madre, el médico o la autoridad, que juzga si su dignidad funcional es suficiente para que su vida sea respetada o por el contrario vale más muerto, porque no olvidemos que el aborto es un negocio que mueve más de 70 millones de euros al año.

En este sentido se impone o se está imponiendo lo que se ha llamado el “derecho a decidir”. ¿Pero quién decide?. Pues lógicamente quien tenga el poder para hacerlo. Y todo poder, científico, técnico, jurídico en definitiva es poder político .Nos planteamos si puede ser democrática una sociedad en la que unos deciden la dignidad de otros. ¿Qué consecuencias se derivarían de ello? Es evidente que este dilema no solo es aplicable a los no nacidos, sino que es susceptible de ser aplicado a cualquier colectivo social: inmigrantes, homosexuales, drogadictos, enfermos terminales, discapacitados, cualquier colectivo susceptible de sufrir discriminación.
Para terminar, si todos buscamos una sociedad orientada hacia el Bien Común, basada en la dignidad inalienable de todos los seres humanos; donde todos y cada uno tienen derecho a la vida y a una vida digna; donde todos seamos realmente responsables de todos, el derecho positivo no puede ser solo fruto del poder político de turno sino de la adecuación coherente de la ley con la dignidad del ser humano.
Maria Inmaculada Marcos Lazcano
DNI 33417068T                                                                   
Ester Legasa Gorriz
DNI 18.208.657 V
Marta de Hoyos García
72.124.928 X