En Corea la Iglesia se compromete con los enfermos de
Hansen
Los
leprosos, ¿Ã¡ngeles? Por supuesto que sÃ. Para Luis Mari Uribe, franciscano
sacerdote de Gernika que dejó España hace 35 años para ir a vivir con los
enfermos de hansen (lepra) en Corea, estas personas son ángeles, y los
coreanos pobres que con su dinero ayudan a la leproserÃa, gente de muy buena
voluntad.
“Puedo
certificar la generosidad de la gente coreana en respuesta a estos marginados
antiguos de su familia y de la sociedad -dice-, no sólo la gente cristiana”.
De todos
modos la Iglesia es bien reconocida por su labor de justicia social. Su empeño en defensa de los pobres
y de cuantos social, laboral y polÃticamente sufrieron violencia en los tiempos
ya pasados del sistema dictatorial atrajo a mucha gente a la Iglesia y aumentaron
los bautismos. “También hoy dÃa es la que más crece de número entre las
diversas religiones del paÃs”, explica.
El Papa
Francisco ha recibido recientemente a los obispos coreanos de visita ad
Limina: "Seguid adelante. Nada de mundanidad espiritual, nada de un
catolicismo fácil, sin celo, nada de un bienestar religioso -les dijo-. Amor a
Jesucristo, amor a la Cruz de Jesucristo, amor a vuestra historia, que es
una historia de persecución y de martirio”.
Las palabras
del Papa son un reto para la Iglesia coreana: “A todos nos costará este empeño.
A los obispos clero, religiosos y laicos. Bien cómodos que estamos viviendo,
quizá en la mundanidad que llama el Papa”.
“Este
maravilloso paÃs asiático tiene lados menos atractivos -explica-. La ideologÃa
del súper desarrollo excluye espacios para la compasión, la caridad, la
misericordia, la cercanÃa… generando una mentalidad basada sobre una interminable competencia".