Solo tres de cada cien
contratos firmados en Navarra a lo largo de 2014 eran indefinidos y
cubrían la jornada completa. Una desproporción abrumadora, que ilustra
como pocas una de las grandes carencias del mercado laboral español, y
que se encuentra lejos de corregirse. Tanto la temporalidad como la
parcialidad han aumentado en los últimos tres años, arrojando algunas
sombras sobre la recuperación del empleo.