martes, 30 de abril de 2013

Más de 700 mujeres, esclavizadas por la prostitución en clubes y pisos de Navarra



Las mafias explotan en Navarra a más de 700 mujeres, el 90% inmigrantes, obligadas a prostituirse en clubes, pisos y en calles. Muchas de ellas han sido introducidas ilegalmente en España y adeudan cantidades que oscilan entre los 20.000 y los 45.000 euros
Tan solo en la capital, Pamplona, doscientas mujeres se prostituyen diariamente. Casi un centenar lo hace en locales, algo menos en pisos y veinte mujeres se venden en la calle. Son las esclavas del siglo XXI.
Más de dos mil personas utilizan los servicios de una prostituta a la semana en Navarra. Cerca de 90.000 servicios al año, más de cuatro veces el aforo del estadio de Osasuna. Evidentemente, muchos de los clientes que engrosan esta cuenta son habituales y no llega al 10% de la población la cifra de quienes coquetean con el mundo de la prostitución en la comunidad foral. El montante final es similar al de la media española: un 6% de la población es usuaria habitual de la prostitución.
¿Cuál es perfil de la mujer prostituta?
Entre el 85 y el 90% son extranjeras y de países empobrecidos. Este primer dato ya debe hacer reflexionar, a quienes piensan que es una actividad voluntaria, sobre la libertad de elección cuando ésta se ejerce exclusivamente por mujeres, y además por mujeres empobrecidas. ¿Son más libres las empobrecidas, o simplemente están en una terrible situación de necesidad? 

Nadie hace nada.
La escasa o nula actuación de la Policía se excusa diciendo que “estas mujeres no dan el paso de acudir a la Policía por temor a futuras coacciones, aquí o en su país de origen, contra ellas o sus familiares, lo que impide actuaciones contra estas mafias”, y desde Justicia justifican su inoperancia a la falta de investigación por parte de la Policía. Sin embargo, estos proxenetas – hombres y mujeres – están ahí, a la vista de todos, y actúan con total impunidad en la calle: violando, golpeando y traficando. Pero, como “el negocio es el negocio”, así lo definen las fuentes policiales consultadas, y “los políticos tampoco se quieren mojar”, en Navarra, esta realidad, cada vez más visible, se ha convertido en un escenario “al que nadie quiere mirar. Está ahí.
¿Hay que ilegalizar la prostitución?
La prohibición implicaría persecución y penas para las mujeres en situación de prostitución, medidas injustas e insolidarias con las víctimas y que, además, evitan el cuestionamiento de las causas y la existencia misma del problema.
Al legalizar la prostitución no hacemos sino legitimar la cultura de la prostitución, una cultura profundamente violenta y patriarcal que a quien más beneficios reporta es a las redes que negocian con los cuerpos de las mujeres.
¿Qué modelo resulta más eficaz: el holandés, legalización, o el sueco, persecución al cliente?
Ya hay informes sobre las consecuencias de la legalización en Holanda que demuestran que no sólo no ha supuesto una mejora para las mujeres ni ha terminado con la explotación y la trata, sino que han aumentado otros delitos paralelos además del de la trata, como son el de la prostitución infantil, el tráfico de drogas, el blanqueo de dinero y otros delitos comunes. Por el contrario, en Suecia, donde la legislación implementada parte de la consideración de la prostitución como una forma de violencia, si bien no se acabado aún con el fenómeno, sí han disminuido los delitos de trata, hay menos mujeres en prostitución, prácticamente se ha detenido la captación de nuevas mujeres y también hay menos hombres comprando servicios sexuales; pero sobre todo la ley ha servido como medida de sensibilización: en la actualidad más del 80% de la población respalda la legislación abolicionista.

Qué debemos hacer
Exigir institucionalmente medidas de solidaridad y apoyo a las mujeres (legales, sociales y económicas) que les faciliten la salida de la situación de explotación.
Exigir la penalización y criminalización de la demanda, es decir, de los llamados clientes, sin los cuales no existiría la prostitución ni les sería rentable a los traficantes trasladar mujeres para su venta en ningún lugar.
Exigir a los directores de los periódicos que no colaboren con la prostitución y que no acepten este tipo de anuncios  pues suponen una forma de colaboración con la explotación sexual y atentan  gravemente contra la dignidad de la mujer.
Exigir el cumplimiento de la responsabilidad de los políticos, policía y sistema judicial en la lucha contra las mafias y proxenetas que se lucran a costa de la explotación de estas mujeres.
Luhar por las causas que provocan el hambre y la miseria de los empobrecidos.
Promover una opinión pública solidaria que defienda a estas mujeres y criminalice a los clientes y los causantes de su situación.
Toda nuestra sociedad es responsable de esta lamentable situación, unos por consumir y otros por ignorar sin olvidar que la mujer (niño, niña o joven) prostituida es siempre una víctima en un noventa y nueve por ciento. A todo el mundo le molesta que estas jóvenes extranjeras en su mayoría estén en la calle pero pocos se preguntan el por qué.
 Sin clientes no hay trata”. “No consumas seres humanos”