Si, todos nos hemos conmovido, hemos llorado y nos hemos angustiado al ver las imágenes que el terremoto ha causado en Haití. Llegan ya a 100.000 los cadáveres sepultados entre las ruinas, y como consecuencia de esta tragedia, la falta de alimentos, de medicinas, de material quirúrgico… el pillaje. Todo un infierno del que muchos culpan a Dios como si fuera éste el culpable de todos los males que padecemos. No señores, Dios no tiene la culpa, es mentira que la desgracia se cebe siempre con los pobres, somos nosotros los que permitimos que los pobres no tengan medios suficientes para evitar lo que en otros países enriquecidos no hubiera causado ni una décima parte de la tragedia ocurrida en Haití.
Haití ha sido un país expoliado, un país empobrecido a causa del lucro de los países llamados “desarrollados”, y las migajas de Zapatero, son eso, migajas, porque ¿cuántos billones le prestó a las banca?, ¿cuánto gasta nuestro gobierno en armamento?, ¿cuánto en salarios millonarios, en planes E…?. No España no es solidaria, España como el resto de Europa es insolidaria.
Cada día el “terremoto del hambre” asesina a 100.000 personas de las que 50.000 son niños, y si esto lo viéramos diariamente en TV y nos informaran de las causas que lo provocan, despertaríamos de nuestro letargo y acabaríamos con el hambre en unos días. Pero no se quiere, y es por eso que no conocemos el “terremoto diario del hambre”, el poder nos lo censura y nos muestra sólo desgracias que llama “naturales”, silenciando las verdaderas causas, las causas políticas. Porque hoy el hambre el un negocio, y se puede acabar con él si se quiere. En nuestras manos está exigir esa responsabilidad política.
Marta de Hoyos García