Volkwagen para resolver el
"reto técnico" de fabricar un motor que consuma poco y mantenga gran
potencia sin desprender gases por encima del límite, manipuló el software de
los motores diésel de manera que redujera las emisiones mientras estuviera
siendo testado para que no superara los límites permitidos por la normativa
medioambiental, pero una vez superada esta y ya fuera del banco de pruebas y en
condiciones de funcionamiento normal, los coches, de “gran potencia y poco
consumo” emitían gases muy por encima de los límites permitidos, incluso de 40
veces más, un extremo que en la realidad les inhabilitaría para circular.
Volkwagen con este motor “trucado” vendió en
España 683.626 de ellos, al menos 7.000 habrían sido despachados por los
concesionarios navarros. En Reino Unido fueron vendidos 1,2 millones de coches
y 946.092 tuvieron Francia como destino. La confirmación del engaño ha sumido
al grupo alemán en una de las crisis más profundas de su historia: en dos
semanas se ha dejado casi un 25% en Bolsa.
La Fiscalía de la Audiencia
Nacional ha pedido que este tribunal investigue las querellas de Manos
Limpias y una asociación de afectados por el falseamiento de los datos de
emisiones de Volkswagen al apreciar delitos de
estafa, publicidad engañosa, fraude de subvenciones y contra el medio ambiente.
En un escrito dirigido al juez Ismael Moreno, el fiscal explica que el trucaje de los motores diésel pudo afectar al territorio de más de una audiencia, lo que justifica la competencia de la Audiencia Nacional, y que las emisiones lanzadas por mismos pueden "haber causado daños sustanciales a la calidad del aire".
Teniendo en cuenta que el uso de motores sensibles con el medio ambiente es objeto de subvención pública, explica el Ministerio Público, "el engaño también podría haber supuesto el desembolso injustificado del erario público".
En un escrito dirigido al juez Ismael Moreno, el fiscal explica que el trucaje de los motores diésel pudo afectar al territorio de más de una audiencia, lo que justifica la competencia de la Audiencia Nacional, y que las emisiones lanzadas por mismos pueden "haber causado daños sustanciales a la calidad del aire".
Teniendo en cuenta que el uso de motores sensibles con el medio ambiente es objeto de subvención pública, explica el Ministerio Público, "el engaño también podría haber supuesto el desembolso injustificado del erario público".
Por todo ello, el Ministerio Público pide que se investiguen los hechos denunciados por Manos Limpias y la Asociación Internacional Antifraude para la defensa de Afectados de Motores Volkswagen, ya que aprecia varios delitos de defraudación, en concreto estafa y publicidad engañosa, así como fraude de subvenciones y contra el medio ambiente.
Y con todo esto, surgen los
interrogantes:
¿Qué pasará con las ayudas
previstas para los próximos años?(4.200 millones entre Martorell y Landaben,
900 serían para Navarra), lo asumirá la empresa o lo pagarán los trabajadores
con paro y precariedad?
¿Qué pasará con todas las ayudas
“públicas” recibidas hasta ahora? ¿Tendrá que devolverlas? ¿De dónde saldrá el
dinero?
¿Peligran los 22.000 empleos
(8.500 ubicados en la Comunidad Foral) que dependen directamente de la
multinacional? Sin contar claro, con todo el empleo indirecto.
¿Tendrá que pagar por todos los
agravios provocados al medio ambiente? ¿De dónde saldrá el dinero?
¿Tendrá que pagar por todos los
daños a la salud pública provocado por un afán y ambición desmesurado por ganar
dinero a costa de la salud de las personas?
Me atrevo a aventurar que, como siempre, la corrupción la acabarán
pagando los pobres…
«La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa
de la connivencia de los responsables de la cosa pública con los poderes
fuertes. La corrupción, es en si misma un proceso de muerte y un mal más grande
que el pecado. Un mal que, más que perdonar, hay que curar».
Papa
Francisco