Los datos de Cáritas sobre la exclusión en Navarra apuntan la
exigencia de una adecuación y desarrollo de las políticas sociales aun a costa
de un empuje común añadido ante la extensión de la pobreza entre miles de
personas y familias.
cáritas ha
vuelto a poner en la primera línea de la actualidad informativa, en su avance
del Informe Foessa que publica anualmente sobre exclusión y desarrollo
social en Navarra, la cruda realidad que viven miles de familias navarras. Si en
los primeros años de la crisis la organización diocesana comenzó a alertar sobre
la nueva pobreza en la que estaban cayendo numerosas familias encuadradas hasta
entonces en lo que se considera la extensa clase media, con las cifras que
aportó ayer llueve sobre mojado. El 14,8% de los navarros, aproximadamente
95.000 personas, se encuentran en riesgo de pobreza, y 20.000, el 3,1%, vive en
un escenario de pobreza severa, según el informe de Cáritas, que refleja que el
17,3% de la población navarra, 111.500 personas, ya se ve afectadas por la
exclusión. De ellas, 48.000 están en exclusión severa. Pero no por acostumbrados
estos datos dejan de resultar inquietantes ante las necesidades sociales que
padece Navarra. Bien es cierto que el informe de Cáritas constata que el 83% de
los navarros -nueve puntos por encima de la media estatal-, no sufre exclusión
social, pero también alerta de que cada vez más personas y familias corren
riesgo de caer en situaciones de pobreza moderada o severa, si se sigue
prolongando un escenario de altas tasas de desempleo, precariedad laboral y
recortes en los servicios públicos básicos de sanidad, educación y atención
social