El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, afirmó ayer que "es muy difícil, por no decir prácticamente imposible, alcanzar la deseada paz sin un verdadero arrepentimiento por la violencia y los daños causados". Munilla defendió el papel de las víctimas del terrorismo en el proceso de pacificación y reclamó a quienes han ejercido la violencia que se arrepientan y pidan perdón para asentar los cimientos de una paz auténtica durante su homilía en la fiesta de San Sebastián.